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20 años de sentido común

“Aquí ya es sábado: yo ya estoy en su mañana”- Nos dijo con una gran sonrisa Susana Güell desde Australia, al conectarse a la celebración virtual de los 20 años de Sentido Común. “Yo estuve en el primer Depende de Mí”, siguió Susa, quien en ese entonces era del equipo de Gas Natural, la primera de cientos de compañías en Latinoamérica que han abierto sus puertas a nuestro simple y poderoso mensaje desde que, en 2003, formalizamos la organización y la bautizamos en honor al menos común de los sentidos. Rápidamente fueron apareciendo en la pantalla del Zoom caras felices de clientes que se convirtieron en amigas y amigos y luego en cómplices de una idea que, a su vez, se convirtió en causa para todos: comunicar que no estamos condenados a ser lo que nos dijeron, para que seamos lo que elijamos ser.


A mi lado, Naty y los niños. Mi esposa, a la que también conocí como anfitriona de un taller en su empresa y Nico y Ana, 9 y 7 años, quienes saludan con afecto a cada uno y cada una, porque, después de todo, también hemos hecho una gran familia. Juan Antonio, mi hijo mayor se conecta desde Canadá y participa atento y amable, como él mismo se ha hecho. A Nachito no se le ve: se le menciona y se le extraña (pero todos sabemos que tiene todo que ver en esta historia). Se conecta mi mamá, a quien acuso en público por inspirarme a mantener el foco en el servicio a la gente que más lo necesita, lo que ha hecho más fuerte a “Sentido Común” como empresa privada al servicio de la productividad sostenible de otras empresas privadas.


Llegaron mis hermanos y hermanas: Luis y Naty, desde no sé en qué lugar de su caravana por la hospitalidad, una ruta acompañando a los migrantes desde el sur hasta Norteamérica en el deseo compartido de llegar a algún lado mejor. Ellos nos ponen a viajar desde la música y la conciencia del lenguaje, instrumentos de esta banda que suena y que toca desde que aprendimos a caminar. Felipe, Soco y María, y muy presente Juan Juan: la familia que ha sido mi soporte y la inspiración de todos para seguir encontrando el sentido, incluso en los momentos en que parece haberse embolatado. También movieron montañas hoy para estar conectados. Juanita, Dani, Alejo y Kassem, y el resto, saludaron temprano en el chat con el que se convocó y se sumaron a cientos de palabras amorosas que hicieron de este momento una verdadera celebración de la vida juntos para cuidar la vida.


A propósito del chat, flor de un día, también faltan mensajes para agradecer:

- No fue sorpresa que Carito Rincón dijera sí antes que nadie, tal cual lo ha hecho desde que nos conocimos. Sus sorpresas vendrían más tarde, porque lo mejor de cumplir años es precisamente eso, las sorpresas.


En el chat también se anunciaron los que no iban a faltar, y otros, que no podrían estar. Estos llenaron ese chat de maravillas: florecieron frases, emoticones y emociones.


Cesar Casas llegó temprano: a la vida, al alma y a la fiesta. Además de estar, que ya era tanto, también nos despertó con sus palabras. Para seguir en desorden, estuvo John. Gracias hermano. Llegó Lola Majé, que también con “ser como es” cautiva a todos. Nos hicieron llorar y reír, reír y llorar, como cuando nos juntamos con amor. Estuvieron Jackie y Héctor, el día de su cumpleaños: ya es otra coincidencia que nos une de nuevo para siempre. Estuvo Mario Franco (siempre ha estado) casi en nombre de Diego, de Mauro: del combo de inmortales. Mis primas hermanas Erika y Angélica, hermanas entre ellas y conmigo, hicieron lo que el tío Octavio sigue haciendo de otra forma: estar presentes iluminándolo todo. Néstor Jaime vino en nombre de otra parte de mí inimitable: la que somos él y yo desde pequeños. Lo que somos los amigos de la infancia: recordatorio y recuerdo del jardín del que venimos y del jardín para el que vamos. (guiño)


Y nosotros, anfitriones, cumpleañeros: ¡asombrados! Lucho que sí sabe de asombro, al fabricarlo con su manera de actuar su propia vida. Y Dani que asombra cada día, tampoco imaginó esta fiesta, el día que la imaginamos. (Paréntesis): Lucho, si con una idea y mil ensayos has cambiado la vida de la gente, ¿qué tal si ensayamos más ideas, y cambiamos una vida más? Dani, gracias por hacer que lo que hacemos sea más bello, que logremos ver y lucir todos los colores. *y un asterisco clave: Calcy, usted sí que es clave en este cuento: nos enseña que la amistad siempre es la clave. (Ensayos, cuerpos, amistad y un plan muy claro: contarles a todos que depende de mí es el comienzo de otro grupo de asombros: no les hemos contado de “Aparecer” (depende de nosotros); del Movimiento In, de Vamos, de A Propósito; nos falta invitarlos a “Armonía” (depende de todos) y que construyamos juntos un “depende de todo” que aún no sabemos que será, pero al que llegaremos ensayando juntos. Un espacio aquí para Oscar Caballero, compadre y traductor a los sonidos, y ahora referente de empresario, de papá, de ser humano. Para Carlos Andres, con quien hemos crecido entre risas y dolores, sin perder nunca el foco.


Amamos ver a Miguel, amamos escucharlo con historias de éxito y de fiestas. Son memorables para él, para nosotros, porque triunfamos lado a lado: porque hemos sabido celebrarlo. Y a Luisa Salazar con su familia, que nos entregaron las llaves otra vez, para abrirnos a las oportunidades. Nos enseñó puntualidad, nuevamente, Carlos Armando, el profesor que siempre ha dicho sin decir esta lección inolvidable: uno es lo que dice si lo hace, y si ser puntual es ser amable, es amar con hechos y palabras. Elevó el nivel en esta fiesta Marianella, como siempre ha elevado el nivel a sus amigos: con ella siempre suben las cabezas y esta vez miramos de nuevo al cielo, para agradecer por su presencia.


También de este lado de la línea, por decirle así a la manada, estuvo Jose, escudero de locuras de ayer y de mañana. Gracias por haber creído y por creer. Luis Daza, genio atrevido que le devuelve la magia al Aladino. Gustavo Rondón, quien trascendió de ser mensajero a ser mensaje, como Omar Medina quien nos dejó su ejemplo de que hay que creer en algo para dejar la adicción a las excusas. De la casa también se asomó Camilo Angarita quien nos enseñó que sólo se puede improvisar si hay algo que decir desde el alma.


Me encantó ver a Nana, siempre nos encanta vernos. Porque siempre mirándonos a los ojos es que reconocemos a los amigos de la vida: que ya son parte de nuestra perspectiva. Otros se dejaron ver: Wilfer, con quien dijimos “vamos” y eso ya es mucho que decir. Y en el mismo circo, Yover, que no es de circo: bueno, sí, de ese escuadrón de payasos, de magos y de equilibristas a quienes nos parece que el mejor espectáculo es ser felices con otros. Estuvo Sergio, gracias mano. Sigue dando la mano de ese modo: enseñando que no se trata de estirar la mano para pedir, para exigir; sembrando la duda con cuenticos divertidos: ¿no será más rentable estirar la mano para dar y producir?


Qué alegría cuando sonó la voz de Xiomi. Por allá resonaron Sara y Carlos. Escuchamos con su presencia las canciones que bailamos y cantamos, que ya son la banda sonora de la vida. Como si faltaran otras voces, (sinceramente creo que si le faltan otras voces a la vida) llegaron Micaela, los niños y Yasir. Somos colegas en el cuidado de la lengua, traductores del que quiera aprender otra forma de decir lo mismo, o mejor aún, otra forma de nombrar lo diferente.


Y Henry nos alcanzó a saludar para decirnos que lo que hemos hecho ha servido. El, todos y todas. Nos dijimos en vivo y por WhatsApp, y hasta por Facebook, que nos queremos con uno o con 20 años. Con trofeos, con cosas de esta fantasía en la que jugamos monopolio. Apareciendo el mismo día en que somos convocados. Dando amor de presencia y de palabra. También los que no están en esta lista, pero si en el corazón y en nuestros planes: Lorena (el polo a tierra de este sueño), Sandra Martínez (maestra de la paz y del futuro), Juli Zambrano, Mi tía Pancha, Ana Maria Rojas, Diana Coy, Mauricio García, Vero, Juan Fernando Arango, Luisa Convers, Íngrid Victoria, Brigitte, mi mayor Peñaranda, Inma, Juan Felipe, Catalina, Sergio, Flavia, Marcela, Dani Daniel, Ruth, Pillo, Mariana, Lucía, Hernando, Lalinde, Oscar López, Magaly, Jean Paul, Gabriela del Cid, Elena, Carlos Espinal, Lina Cerezo, Yennifer, Pacho, Luisa Fer, Tathan, Beyba, Harold, Maria Isabel, Juanita, Nohora, Maria Andrea, Tati, Raúl Aramayo, Ángela Viscaya, Margarita, Diana Dávila, Mauro Cardona, Ivan Mazo, César Ospina, Carlos Isaza, Ricardo Gómez, Carlos Rozo, Eliana Franco, Marcela, Oscar Recio, Cesar Herrera, el maestro José Ricardo, Alven, Pili Quintana, Zarahy, Lorena Marcos, Isabella y Claudia Cardona y todos y todas las que nos han acompañado. Estando ayer, estando aquí, o estando en el mañana. Como Susa, que fui la última en partir, por decirlo de algún modo.


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